miércoles, 6 de mayo de 2015
La Displasia en el Golden Retriever
La mayoría de los golden retriever son perrossaludables que alcanzan una esperanza de vida entre los 10 y 12 años. Sin embargo, existen algunas enfermedades hereditarias a las que pueden ser propensos los perros de esta raza, y que pueden reducir la esperanza de vida de aquellos ejemplares afectados.
Estas enfermedades no debieran ser frecuentes en una raza de perros de caza, ya que la crianza selectiva busca el desarrollo de perros fuertes y resistentes. Sin embargo, la enorme popularidad de la raza ha favorecido la cría indiscriminada e irresponsable, dado que puede ser un negocio rentable.
Así, las enfermedades de los perros golden retriever son más frecuentes en cachorros que provienen de granjas de perros (generalmente vendidos en tiendas de mascotas y ferias) y en camadas de los denominados "criadores de patio trasero" (criadores ocasionales que no seleccionan los ejemplares que van a cruzar). Es por eso que, generalmente, es preferible adquirir un cachorro de un criadero responsable o un perro adulto que se sepa que está sano.
Las enfermedades hereditarias más comunes en el golden retriever son: displasia de cadera, displasia de codo, enfermedades de la vista y estenosis aórtica subvalvular. También se presentan, aunque con menos frecuencia: epilepsia, hipotiroidismo y alergias de la piel.
La displasia de cadera en el golden retriever
La displasia de cadera es una enfermedad en la que la articulación de la cadera (articulación coxo-femoral) está mal formada y presenta tendencia a dislocarse. Esta enfermedad afecta con frecuencia a razas de perros medianos y grandes, incluyendo al golden retriever.
Se considera una enfermedad genética multifactorial (muchos genes son los causantes), por lo que el ambiente también juega un papel importante para manifestar la enfermedad. Por tanto, muchos perros con displasia de cadera pueden vivir una vida cómoda y tranquila si es que no realizan ejercicios intensos y no son sobrealimentados. El ejercicio intenso y la sobrealimentación pueden desencadenar la enfermedad, especialmente cuando se producen en la infancia o la adolescencia del perro.
La displasia de cadera no es evidente en cachorros, ya que es una enfermedad que se desarrolla con el paso de la edad. También puede pasar desapercibida en aquellos golden retriever adultos que son resistentes al dolor y, por tanto, no cojean. Sin embargo, a medida que la enfermedad avanza, el perro presenta cojera sin causa aparente.
Es importante descartar la presencia de displasia de cadera en el golden retriever, para lo cual se debe hacer una radiografía de las caderas del perro cuando éste tiene por lo menos un año de edad. Las placas radiográficas hechas antes de esa edad pueden presentar falsos negativos y por eso no son recomendables. Algunos veterinarios recomiendan hacer la placa cuando el perro tiene dos años de edad, para obtener resultados más confiables, pero las sociedades caninas y los clubes de golden retriever que exigen esta prueba aceptan las placas hechas al año de edad.
No todas las sociedades caninas o clubes de golden retriever exigen la placa de caderas. Si la sociedad canina o kennel club de tu país no exige la placa de caderas para el golden retriever, igual deberías hacer radiografiar a tu perro por tu cuenta para descartar o confirmar la presencia de esta enfermedad. Así podrás tomar las precauciones necesarias si tu golden presenta displasia de cadera, asegurándole buena calidad de vida.
Los perros enfermos pueden ser tratados con medicamentos y/o restringiendo el ejercicio que hacen, además de la dieta recomendada por el veterinario. Sin embargo, esto debe hacerse desde que el perro es joven, ya que la displasia progresa a lo largo de la vida del perro y muchos perros no presentan ningún síntoma evidente hasta los ocho años o más.
Para reducir la frecuencia de la displasia de cadera en la raza, no se deben usar perros golden retriever con displasia como reproductores. Los perros afectados tampoco deben hacer actividades que puedan manifestar o intensificar la enfermedad, tales como ejercicios intensos, saltos muy altos, obediencia competitiva, agility, etc.
Es aconsejable tomar una primera placa radiográfica de caderas entre los seis y 12 meses para todos los perros que vayan a competir en deportes caninos exigentes, como elagility. Esta placa no elimina la necesidad de tomar una segunda placa cuando el perro supera el año de edad, pero permite saber si se puede empezar el adiestramiento caninode los ejercicios que demandan mucho esfuerzo físico y decidir la intensidad y frecuencia de los juegos que se usarán como reforzadores.
El pedigrí puede servir para saber si los ancestros de un cachorro que se quiere comprar tuvieron displasia de cadera o no. Si el pedigrí no indica nada al respecto, entonces no se hicieron las placas de cadera de los ancestros de ese cachorro. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los descendientes de perros sin displasia de cadera pueden llegar a tenerla, aunque con menor probabilidad que los descendientes de perros enfermos. Por eso es importante radiografiar a los perros adultos.
La displasia de codo en el golden retriever
La displasia de codo también puede afectar al golden retriever. Es una enfermedad en la que no se forma bien la articulación del codo, con la consecuente propensión a las luxaciones. No es tan común como la displasia de cadera, pero es bastante frecuente en el golden retriever. Se estima que alrededor del 10% de los golden retriever presentan displasia de codo, aunque no todos esos casos son invalidantes.
También es una enfermedad multifactorial, por lo que los factores ambientales influyen en el desarrollo de la displasia de codo. Ejercicios intensos y sobrealimentación pueden desencadenar o intensificar la enfermedad. Por tanto, los perros afectados con displasia de codo no deben ser sometidos a ejercicios intensos ni deportes caninos exigentes.
Al igual que con la displasia de cadera, los golden retriever deben ser radiografiados para descartar o confirmar la presencia de esta enfermedad.
Los perros afectados por la displasia de codo pueden vivir una vida tranquila y alegre, ya que la enfermedad no suele ser tan severa como la displasia de cadera. Por supuesto, existen tratamientos clínicos y quirúrgicos para mejorar la calidad de vida de los perros afectados con esta enfermedad. Es el veterinario quien debe decidir qué tratamiento debe realizarse en cada caso en particular.
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